Las tierras del sur

Por: Armando Mixcoac 

Hace poco más de 500 años se pensaba que la Tierra era plana y que no existía nada más allá de Europa, África, Asia y el mar que los rodeaba. Sin embargo, desde los primeros siglos después de Cristo, corría la leyenda de la existencia de una tierra al sur del continente, que algunos navegantes aventureros decían haber visto, que los chinos comentaban conocer. Así, siempre se creyó en la presencia de “la tierra austral”. Hasta los siglos xvii y xviii no se sabía a ciencia cierta qué era Australia, ¿un nuevo continente?, ¿una isla?, ¿de qué proporciones? Es más, a la fecha muchas personas confunden Oceanía con Australia, al ser ésta la más grande de sus extensiones continentales.

Al igual que sucedió con América, Australia fue descubriéndose de a poco. Las grandes potencias de aquellos tiempos reclamaron la tierra como suya, a pesar de que en la isla había habitantes que llevaban ahí miles de años. En contra de las exploraciones y los asentamientos de los colonos —en su mayoría británicos— estaba la geografía del país, ya que gran parte de su territorio se compone de zonas desérticas o pastizales semiáridos. Hoy en día, por supuesto, Australia cuenta con urbes cosmopolitas y una sólida base económica y social, pero en estas áreas agrestes y salvajes, los animales australianos siguen siendo los verdaderos dueños del territorio.

La vida en Australia es única, exótica, diversa. Casi el 85% de las especies de mamíferos que aquí habitan son endémicos; es decir, no los encontrarás en ninguna otra parte del mundo: ornitorrincos, koalas, canguros, wombats, el demonio de Tasmania; también aves como el emú (muy parecido a un avestruz), reptiles varanos y algunas de las arañas más venenosas del orbe. Hasta sus nombres suenan extraños, ¿no? Varias de estas especies se encuentran amenazadas, algunas por la introducción de otros animales ajenos al hábitat o por la invasión de este último a manos de las personas, por su mala relación con los seres humanos o hay casos muy tristes, como el del demonio de Tasmania, cuya población fue protegida, pero volvió a mermar debido a un cáncer que ataca particularmente a esta especie en el rostro y que a la fecha no ha conseguido obtenerse una cura.

Algo que debemos comprender de lleno es que todos somos habitantes del mismo planeta y es nuestra misión cuidarnos los unos a los otros, nos referimos obviamente a todos los seres vivos, no nada más a los humanos. Australia es un país comprometido con la salvaguarda de sus ecosistemas y sus especies endémicas, por lo cual han implementado programas de protección y mejora medioambiental.

¿Qué pensaría tu nómada interior si le extendemos una invitación para volverse un aventurero en las indómitas tierras australianas, rescatando y conviviendo con esta fauna salvaje? En nuestro programa, vivirás en un refugio de animales donde se dedican a rescatar a canguros, walabis, koalas u ornitorrincos heridos y enfermos, se les da rehabilitación, tratamiento y los cuidan hasta garantizar su seguridad. También se reciben animales huérfanos, se les ayuda a aprender a sobrevivir. Te aseguramos, siempre estarás ocupado, ya sea curando a un pequeño koala o saltando con un canguro para mantenerlo activo. Puedes ser quien atienda una llamada de emergencia o quien tenga que salir corriendo al rescate. Lo cierto es que del otro lado del mundo, allá donde ahora es invierno, en las tierras del sur, hay miles de animales que necesitan un poco de ayuda y a quienes tus manos les resultarán muy útiles. ¿Te animas?

 

VIAJA CON CAUSA A AUSTRALIA


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