Por: Armando Mixcoac
En la película animada Madagascar, los pingüinos son quienes introducen en la cebra Marty la idea de irse de allí. Le explican que es antinatural vivir en un zoológico, lejos de su hábitat natural. Así inicia toda una aventura donde varios animales escapan del zoológico de Nueva York y llegan a la isla de Madagascar. Los pingüinos logran arribar hasta el Polo Sur y una vez ahí se ven rodeados de hielo y nieve, se sienten aburridos. En nuestro imaginario, siempre relacionamos a los pingüinos con enormes témpanos congelados, nadando en aguas heladas, capturando peces entre la límpida nieve. Pero no todas las especies de pingüinos son fanáticos del clima frío: existe la subespecie Spheniscus, con cinco distintas categorías de pingüinos no antárticos, algunos viven en Chile, Perú, Galápagos y Sudáfrica.
Los llamados comúnmente pingüinos africanos habitan las playas cálidas de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. También se les conoce como pingüinos anillados o de anteojos, porque sus plumas muestran manchas oscuras alrededor de los ojos y en sus pechos se observa un anillo negro sobre blanco, con muchas manchitas, que además de estéticas sirven para diferenciarlos, pues como sucede con los tigres o las cebras, cada pingüino africano tiene un diseño exclusivo de manchas que no se repite en otros.
Los puedes observar cotidianamente en las playas sudafricanas, acicalando su plumaje, removiendo algas o residuos que se les quedan tras una refrescante sumergida en el mar. Los pingüinos africanos son seres muy sociales y amigables, tienen varios sonidos para comunicarse, ya sea que quieran proteger su territorio, advertir de algún depredador o buscar otro pingüino para aparearse. Produce gran ternura observarlos en comunidad, protegerse unos a otros, cuidar unos las crías de otros, todo para sobrevivir. Lamentablemente, durante el siglo pasado la enorme mortandad de pingüinos africanos llevó a que en 2010 se les declarara una especie amenazada.
Sus playas se han visto invadidas por cazadores, el mar se ha contaminado con petróleo, su hábitat en general ya no es seguro. En el año 2000 todavía existían cerca de 200 mil pingüinos africanos, pero diez años después el número se redujo a 55 mil. De seguir así, en 2026 podría extinguirse esta subespecie de pingüinos. ¡No podemos permitirlo! Los seres humanos somos agentes de cambio, hemos hecho mucho daño a nuestro planeta, pero ahora también podemos ser los ejecutores de acciones positivas. Si eres fanático de los pingüinos, del clima tropical, de la diversión en una ciudad multicultural, te invitamos a que viajes a Sudáfrica. Te hospedarás con muchos otros voluntarios de todas partes del mundo con quienes podrás formar estrechos vínculos e intercambiar ideas, sueños a futuro y comenzar nuevos proyectos.
Colaboramos con una organización que lleva cincuenta años trabajando con y a favor de los pingüinos africanos. Ellos te enseñarán cuidados para estas aves, cómo tratarlas, alimentarlas, a entender su comportamiento y todo lo que haga falta para que tu ayuda contribuya a la conservación y cuidado de esta valiosísima especie. Recordemos que nosotros somos un habitante más de esta Tierra, igual que todos los animales, plantas, minerales y demás seres que aquí estaban antes que nosotros y que permanecerán. No podemos tomar nada, no podemos llevarnos nada; al final de cuentas nuestro legado será aquello que hagamos en pro de la continuación de la vida en este hermoso planeta.