Felino protector

Los antiguos mayas creían que Balaam, el gran jaguar, era un animal-deidad ambivalente: representaba la noche, la muerte, pero era también protector. Algunas leyendas contaban que el Sol se transformaba por las noches en un jaguar que impedía que Xibalba, el inframundo, se expandiera sobre la tierra. Sus manchas simbolizaban las estrellas, era un guerrero nocturno y aquellos que tenían el honor de vestirse con el traje del jaguar eran los más poderosos.

El jaguar es el único felino americano y sólo es superado en tamaño por sus parientes asiáticos y africanos: el tigre y el león. Se expande por todo el continente, desde la frontera entre México y Estados Unidos hasta los extremos sureños del Paraguay. Su piel característica presenta manchas oscuras sobre un pelaje dorado; estas motas le sirven para camuflarse entre la selva. Es un gran cazador, sus piernas presentan unos fortísimos músculos que le ayudan a trepar entre las ramas de los árboles y a nadar por ríos o lagos, también puede alcanzar grandes velocidades al momento de correr. Son animales solitarios, cada uno marca su territorio y dos jaguares pueden llegar a tratos muy violentos por defender su espacio.

Otra historia de la mitología maya contaba que cuando el dios creador estaba dando forma al hombre con el maíz, para distraer al jaguar le pidió que trajera agua, pero le dio un cazo con hoyos, así el felino tenía que ir y volver irremediablemente. El sapo le enseñó al jaguar a tapar los agujeros y el jaguar volvió con el agua para contemplar al hombre. De inmediato sintió antojo por él. El dios le explicó al jaguar que el perro protegería al hombre, pero el jaguar supo de inmediato que el perro no sería rival para él. Finalmente, el hombre hirió varias veces al jaguar con sus flechas y así aprendieron a respetarse uno a otro y a encontrar cada uno su espacio. En la actualidad, este respeto se ha perdido: el jaguar en México se encuentra en grave peligro de desaparecer porque su hábitat selvático ha sido destruido, invadido, y porque muchas personas cazan y matan a los jaguares pensando que son un peligro.

No podemos permitir que México pierda su población de jaguares, estos animales nos han acompañado desde hace cientos de años y su majestuosidad, evidente al contemplarlos, provocó que formaran parte de la cultura mexicana desde antes de la Conquista, ¿qué pasó que de ser venerados ahora están amenazados? Te proponemos un viaje a la calurosa y cándida Península de Yucatán para ponernos manos a la obra en la conservación del jaguar. Podrás adentrarte en la selva para buscar y rastrear a los jaguares, entender sus hábitos, incluso avistarlos. También muy importante es educar a la comunidad, que los habitantes de esta zona sepan que los jaguares no son una amenaza, que si nosotros respetamos su hábitat, ellos respetarán el nuestro. Es de suma relevancia que promovamos el cuidado de nuestro felino americano, de las selvas donde vive y de todo el ecosistema que crean juntos. ¿Quién sabe, igual y el único motivo por el cual el inframundo no ha logrado hacerse de nosotros del todo es porque estos jaguares nos siguen defendiendo cada noche, no crees?

 

VIAJA CON CAUSA A YUCATÁN 


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