El animal más veloz sobre la tierra

Por: Armando Mixcoac

Bien dicen por ahí que la naturaleza es muy sabia. Cada animal y planta que crecen en este planeta tiene características distintivas que lo hacen ser diferente de los demás, único; pero no es gratuito, por algo algunas plantas tienen un color, por otra razón hay animales que vuelan y otros que se arrastran. Es aquello a lo que Darwin llamó la selección natural: los seres vivos hemos cambiado y nos vamos adaptando a las características de nuestro entorno.

Una de las pruebas palpables de las sabias decisiones de la naturaleza son los chitas o guepardos. Es el animal terrestre más rápido, llega a alcanzar velocidades de hasta 115 kilómetros por hora. Para ser el más veloz, el chita tiene el corazón más grande en proporción con su tamaño de entre todos los felinos: esto permite que su enorme corazón bombee sangre con mayor fuerza a todo el cuerpo y le permita alcanzar y mantener esa velocidad. Asimismo, sus fosas nasales y sus pulmones son también de un tamaño considerable: esto le permite absorber la mayor cantidad de oxígeno posible. Otro elemento que le permite emprender sus rápidas carreras es su cola: es muy larga y le ayuda a mantener el equilibrio. Finalmente, basta admirar la fuerza de sus piernas, cuando emprende la carrera en pos de su presa los músculos de la parte superior se marcan por encima de su piel, y logra una flexión imposible para cualquier otro animal. Verlos correr es un verdadero espectáculo.

Antiguamente los guepardos o chitas vivían en América. Sabemos por las exploraciones arqueológicas que todos los felinos derivaron de una especie original de África, pero migraron a diferentes partes del mundo y, al adaptarse a sus nuevos hábitats, cambiaron. Hace cerca de 100 000 años los chitas viajaron de América a Europa, Asia y África, donde finalmente se establecieron. De las subespecies americanas sólo quedan rastros, pues desaparecieron. Esto ha pasado con gran cantidad de felinos, sobre todo con aquellos de gran tamaño, de los cuales ya sólo quedan: el tigre, el jaguar, el león y el leopardo; todos los demás, así como sus subespecies, están extintos. Estas desapariciones se deben en gran medida a la caza y a la exterminación de sus hábitats naturales; en algunos casos, a que no lograron adaptarse a sus nuevas condiciones de vida.

Por ello resulta imprescindible evitar que suceda lo mismo con los chitas, estos felinos tan hermosos y espectaculares. Cheetah Outreach es un programa fundado por Annie Beckhelling en 1997 que se ha dedicado a concientizar sobre los chitas, su importancia y el trabajo que se requiere para su conservación. En muchos lugares de África ha sucedido que, al invadir el ser humano los espacios de los chitas, estos animales se acercan cada vez más a las zonas habitadas en busca de comida. Entonces la gente se asusta y les dispara. Bekhelling se dedicó a hacerle ver a niños y adultos que los chitas no son animales peligrosos, los llevaba a escuelas y zonas públicas y lograba que la gente conviviera con ellos. Asimismo, consiguió en Sudáfrica una extensión importante de tierra donde establecer una reserva.

Te invitamos a que viajes a Sudáfrica y vivas dentro de esta reserva, a que ayudes con todas las labores diarias de cuidado y mantenimiento, incluso, que convivas con los chitas que son embajadores y son quienes están acostumbrados al trato con los seres humanos. En la reserva viven muchos otros animales, te deleitarás observando tantas especies conviviendo en perfecta armonía. No podemos permitir que todos los años de evolución que permitieron al guepardo o chita ser el animal tan asombroso que es, el más veloz de todos, se pierdan al desaparecer esta especie. Está en nuestras manos ayudarlos y ayudarnos con ello:

 

VIAJA CON CAUSA A SUDÁFRICA 


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